Unas grandes huellas de hasta 60 centímetros y un diente que pudo pertenecer a un carnívoro del Jurásico o del Cretáceo. Gracias a este curioso hallazgo han conseguido definir un nuevo tipo de huellas de dinosaurios.
Estas nuevas huellas son tridáctilas, lo que quiere decir con 3 dedos, tienen unlongitud de 60 centímetros y, con el diente, son fósiles encontrados en El Castellar y Formiche Alto, en Teruel. Los paleontólogos de la Fundación Dinópolis y los de la Universidad de Colorado, hallado en Denver han sido los autores de este hallazgo. Además han descrito fósiles de otros dinosaurios carnívoros de la provincia de Teruel. En su estudio, además se define un nuevo tipo de huellas de dinosaurio, como hemos comentado antes, a las que han denominado "Iberopisauripus grandis", que significa pie del lagarto ibérico grande, y tienen 145 millones de años. Estas huellas son únicas en comparación con otras huellas producidas por inmensos terópodos. Además, el estudio hecho divide las huellas de grandes terópodos que vivieron en el Jurásico superior de casi todos los continentes en dos grupos distintos. También se cree que las huellas fueron probablemente de terópodos alosáuridos o megalosáuridos. No se sabe de dónde puede proceder este diente de dinosaurio que se encontró, sabemos que era de un terópodo, pero no sabemos exactamente de qué tipo. Éste diente no se sabe exactamente de qué dinosaurio es, aunque se sabe que fue de un terópodo. Este diente se atribuye a un tipo de terópodos ya mencionado llamado "megalosáuridos" como otros tres megalosáuridos encontrados en nuestro país. Este tipo de dinosaurios podía alcanzar hasta unos 12 metros de longitud y poseían dientes de hasta unos diez centímetros de corona.
En conclusión, gracias al análisis de dichos rastros de icnitas y dientes, se concluye que la fauna de los periodos Jurásico y Cretácico en España incluía dinosaurios carnívoros de gran tamaño. Además, la presión que causaban estos depredadores pudo ser una de las causas decisivas para estimular el crecimiento de otros saurópodos gigantescos como el Turiasaurus Riodivensis, que alcanzó hasta 30 metros y fue encontrado en la misma provincia que estos restos fósiles, Teruel.
En conclusión, gracias al análisis de dichos rastros de icnitas y dientes, se concluye que la fauna de los periodos Jurásico y Cretácico en España incluía dinosaurios carnívoros de gran tamaño. Además, la presión que causaban estos depredadores pudo ser una de las causas decisivas para estimular el crecimiento de otros saurópodos gigantescos como el Turiasaurus Riodivensis, que alcanzó hasta 30 metros y fue encontrado en la misma provincia que estos restos fósiles, Teruel.
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